¿Estás preocupado por tu próxima factura de la luz? Si lees las noticias, no es de extrañar. Cada día se rompe un nuevo récord del precio de la luz, y no parece que esta tendencia vaya a parar en un futuro próximo. Así que ha llegado el momento de aplicar todos los trucos y consejos que conozcas para reducir el consumo y pagar menos en la factura. Y, ¿sabes cuál es uno de los más efectivos? Utilizar electrodomésticos eficientes que te permitan reducir el consumo.
Por suerte, la mayoría de los fabricantes de electrodomésticos de hoy en día son conscientes de que la eficiencia energética es una realidad. Y, por lo tanto, fabrican sus productos siguiendo unos estándares que ayudan tanto a reducir el consumo como al medio ambiente. Además, no sólo te ayudarán a controlar el precio de tu factura, también te harán la vida más fácil.
¿Cómo saber si los electrodomésticos son eficientes?
A la hora de comprar un electrodoméstico, fíjate en su etiqueta. La normativa indica que los electrodomésticos como lavadoras, lavavajillas, aires acondicionados, termos, bombillas, lámparas y más deben llevar la etiqueta de eficiencia energética. Esta te muestra qué clasificación tiene el aparato con una letra de la «A» a la «G». La «A» indica que es un aparato muy eficiente, mientras que la «G» indica lo opuesto. Así mismo, las letras están acompañadas de un color que va del verde al rojo.
De igual manera, esta etiqueta, según el aparato, te indicará otros datos muy importantes. Por ejemplo, en el caso de las lavadoras, te indica cuánta agua consumen y los kilos de carga que soporta. Por otro lado, en los aires acondicionados, la etiqueta muestra cuánto ruido hacen o la potencia de refrigeración con la que cuenta.
Cuanto más eficiente sea (más verde y más cerca de la «A»), menos consumirá. Pero también hay otras ventajas. Los electrodomésticos eficientes tienen un menor impacto medioambiental (tanto en su fabricación como en su uso) y tienden a durar mucho más que los convencionales.
¿Merecen realmente la pena?
Hay que tener en cuenta que los electrodomésticos eficientes tienen un precio más caro que los que no lo son tanto. Su fabricación requiere componentes más modernos, más estudio y análisis y, en definitiva, son más difíciles de crear, así que este aumento de precio es comprensible. Además, ¡los electrodomésticos en sí son caros! Y, si en casa ya tienes unos que funcionan, lo lógico es que no quieras tirarlos a la basura.

Así que el consejo es que, según se te vayan estropeando, los reemplaces con uno más eficiente. No obstante, si vas a amueblar desde cero una casa, realmente deberías invertir un poco más en comprar electrodomésticos eficientes desde el principio. Tal vez no los de más alta gama, pero sí los que más se adapten a tu presupuesto. Lo notarás tanto a corto como a largo plazo, porque ¡sí, merecen la pena!
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